El Diseño
Centrado en el Usuario (DCU), o User Centered Design (UCD), es definido por la
Usability Professionals Association (UPA) como un enfoque de diseño cuyo
proceso está dirigido sobre las personas que van a hacer uso del producto.
La mayoría de
los procesos que hacen Diseño Centrado en el Usuario tienen el siguiente
esqueleto:
1. Conocer a
fondo a los usuarios finales, normalmente usando investigación cualitativa o
investigación cuantitativa.
2. Diseñar un
producto que resuelva sus necesidades y se ajuste a sus capacidades,
expectativas y motivaciones.
3. Poner a
prueba lo diseñado, normalmente usando test de usuario.
El origen de
esta visión se enmarca en el diseño industrial y militar de la década de los
cincuenta.
Grandes diseñadores
y arquitectos como Norman Bel Geddes, Henry Dreyfuss, George Nelson o Charles y
Ray Eames, estilizaron los productos y aportaron soluciones innovadoras que,
progresivamente, derivaron en adaptaciones tecnológicas a las características
de las personas.
El enfoque del
DCU persigue asegurar la consecución de un producto con la funcionalidad
adecuada para usuarios concretos.
El usuario debe
ubicarse en el centro de toda decisión de diseño. No sólo diseñamos productos,
diseñamos experiencias de usuario, porque no es posible entender el producto
desvinculado de su uso, su contexto, o de las necesidades y motivaciones del
usuario final.
El DCU es un
proceso cíclico, de acuerdo a la norma ISO 13407, podemos desgranar este
proceso en cuatro fases:
1. Entender y
especificar el contexto de uso: Identificar a las personas a las que se dirige
el producto, para qué lo usarán y en qué condiciones.
2. Especificar
requisitos: Identificar los objetivos del usuario y del proveedor del producto
deberán satisfacerse.
3. Producir
soluciones de diseño: Esta fase se puede subdividir en diferentes etapas
secuenciales, desde las primeras soluciones conceptuales hasta la solución
final de diseño.
4. Evaluación:
Es la fase más importante del proceso, en la que se validan las soluciones de
diseño (el sistema satisface los requisitos) o por el contrario se detectan
problemas de usabilidad, normalmente a través de test con usuarios.
Las necesidades
del usuario motivarán el uso del producto, por tanto, deben ser precisamente
esas necesidades las que motiven y condicionen el diseño. La forma de detectar
y analizar estas necesidades es a través de la observación, investigación e
indagación del usuario: la actividad, el entorno y el contexto en los que
tendría lugar el uso del producto.
Aqui te dejo un esquema de los pasos para que sea mas fácil para ti recordarlos:
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